CONVOCATORIA 2020 > ENSAYOS TRANSMEDIALES
(Latinoamérica)
de la ficción a la posibilidad
1.
El terreno conceptual que abarca América Latina es cuando menos, pantanoso. El actual conjunto de ideas y prefiguraciones que asociamos a América latina responden no sólo al intento poscolonialista europeo de mantener vínculos filiales respecto a cualquier tipo de proyecto de “civilización” en este nuevo continente, sino también a la necesidad de diferenciarse de una América anglosajona1, desplazando culturalmente a la vez, ya sea por la institucionalización o la criminalización, las civilizaciones nativas que le antecedieron, imponiendo una idea de mestizaje que busca la imitación de la tradición occidental. Dicho proceso transcultural, lento, paulatino, pero idiosincráticamente poderoso, es una de tantas barreras ideológicas necesarias de bordear a la hora de analizar el devenir del territorio y su gente más allá de la etiqueta “América Latina”.

2.
Este proceso transcultural múltiple supone una continua tensión para un cuerpo social que sufre más transformaciones del que es capaz de soportar generacionalmente. Nos hallamos en un momento en que las instituciones sociales vigentes son incapaces de digerir por completo la velocidad de las dinámicas transformativas que han guiado los últimos veinte años a la región sudamericana. Inclusive los intentos de amoldar estos fenómenos a la noción de postmodernidad siguen siendo cuando menos, cuestionables3.
3.
La lógica de una sociedad de mercado donde el consumo es superlativo a todos los aspectos de la vida, ha arrastrado al individuo a percibirse a sí mismo como un recurso más, evaluando su capacidad productiva como medida de su propio valor; dicho proceso de alienación ha ido de la mano con la adopción de elementos identitarios basados en el consumo o en la producción en pos de reafirmar la construcción de subjetividad del individuo en los términos del mercado. A su vez el mercado ha tenido que diversificar y densificar su oferta identitaria descentrando su discurso del consumidor heteronormado varón, blanco, euro-aspiracional, lo que ha llevado en el último tiempo al fortalecimiento y adopción de políticas identitarias por parte del mercado y la academia, tomando la forma más no el fondo muchas veces.
Si bien se reconoce como un importante avance que estos debates logren resonancias institucionales, es prudente señalar que esas resonancias de momento son sólo cosméticas más no estructurales, esto si entendemos las instituciones según la definición del docente e investigador en Instituciones y economía de la Universidad de Hertfordshire, Goeffrey M. Hodgson:
“Sin violentar mucho la literatura relevante, podemos definir las instituciones como sistemas de reglas sociales establecidas y extendidas que estructuran las interac`ciones sociales. El idioma, el dinero, la ley, los sistemas de pesos y medidas, los modales en la mesa, las empresas (y otras organizaciones) son todas instituciones.”todas instituciones.”4
Desde esta perspectiva, es apreciable que falta mucho para que estas políticas identitarias que han permeado en los círculos de pensamiento del poder, se transformen en instituciones en sí mismas.
4.
En este escenario la tecnología digital se ha presentado preeminentemente al continente sudamericano como un conjunto de dispositivos-mercancías capaces de catalizar deseos, acontecimientos y experiencias, sin necesariamente reemplazar dichas experiencias. Constatación de esto a escala social es el fenómeno del ciberactivismo: gracias a la utilización de redes virtuales de difusión y agitación se han dado lugar coyunturas históricas como la primavera árabe del 2010 5y más recientemente la revuelta de octubre del 2020 en Chile, convocando, difundiendo, registrando y amplificando hechos que de otra manera quedarían ocultos; marcando un quiebre entre el discurso institucional de legitimación de la violencia estatal y el registro documental, transformando la vivencia particular a través del aparato tecnológico, en documento de potencial veracidad.

El actual ciclo recesivo en el que se encuentra el capitalismo sumado a la crisis socio-sanitaria del covid-19 han catalizado cambios que de otro modo no hubieran sido posibles de forma tan vertiginosa: precarización laboral por medio del teletrabajo, socialización audiovisual online, masificación del comercio virtual, instalación masiva de aplicaciones de distensión social (netflix, spotify, tik-tok, instagram, snapchat, etc.) de dudoso respeto por la privacidad y la creciente desmaterialización de bienes inmuebles por parte de las empresas (cierre de locales) sumado a la terciarización de los medios productivos como en el caso de Uber, Airbnb y apps de delivery, van modelando poco a poco un nuevo tipo de sociedad y de fuerza laboral.
5.
Actividades que tradicionalmente demandaban presencia física como la medicina hoy pueden ser parcialmente atendidas de manera virtual6, la figura de atención al cliente ha sido reducida a la atención telefónica en el mejor de los casos o a la interacción con bots conversacionales. Este viraje hacia la precarización en conjunto con el rasgo socio-documental de la producción de contenido ciudadano, tienen algo en común: el desconocimiento del diseño político y potencialidades disruptivas de las herramientas que ocupan. Parafraseando libremente a Abraham Maslow, ”si ( crees que ) tu única herramienta es un martillo, todo los problemas parecen un clavo”.
6.
La resistencia a este desconocimiento que han intentado implantar desde hace bastante tiempo, tiene que ver con la instrumentalización de las posibilidades y potencias de las herramientas tecno-digitales. Esta instrumentalización toma en muchas ocasiones la forma de start-ups, talleres, encuentros, workshops, incubadoras, programas de estudio, etc. De esta manera la superestructura pretende hacer participar a los consumidores del mundo del “desarrollo”, la “innovación” y en última instancia del “emprendimiento”.
La absorción aparente por parte de las grandes empresas de tecnología digital de la noción de “open source” abre por otro lado, un debate tecnopolítico no menor.
Sin embargo, una resistencia real y activa es posible. Generalmente dicha resistencia tiene un carácter coyuntural y el distanciamiento de ciertas reglas del juego capitalista, especialmente aquellas relacionadas con la monetarización de las relaciones y el conocimiento. Desde la experiencia latinoamericana podemos citar la instalación de redes telefónicas autogestionadas por la comunidad en San Juan Yaee, en México7; la interconexión de miles de hogares por medio de una red levantada y mantenida por sus propios usuarios y vecinos como es el caso de SNET en Cuba 8 o la emergencia de eventos como la Cryptorave 9 en brasil a mediados de la década del 2010, dan cuenta de un diverso panorama tecno-activista que ya sea desde la afinidad o la necesidad, combaten el desconocimiento y alejamiento respecto a la tecnología y lo focalizan material y logísticamente desde lo que la comunidad necesita y no desde lo que el mercado puede ofrecer para integrarse en él.
Ampliando nuestra noción de tecnología hacia el entendimiento de esta como la relación de saberes y procedimientos en torno a una aplicación practica que involucra algún tipo de modificación material, podremos observar como un punto en común entre las iniciativas antes mencionadas: el conocimiento del diseño y funcionamiento estructural de las tecnologías por sobre el funcionamiento de uso y consumo.
7.
Algunas características del arte contemporáneo latinoamericano y chileno, son su progresiva deslegitimación social en términos de posibilitar nuevas narrativas críticas dentro de los escenarios locales a la par de su anquilosamiento institucional dentro del marco estatal y académico. Por otro lado la necesidad de subsistencia del agente cultural le lleva muchas veces a generar productos o servicios culturales que en última instancia perpetúan un intercambio desde lógicas económico-capitalistas. Otra salida a esta necesidad de estabilidad material es el alineamiento dentro de un relato crítico en la vereda Universitaria, vereda que a su vez alimenta de “sentido” al aparato estatal, museal y galeristico. Dicho relato crítico considera su función documental y reflexiva como suficiente y la circulación dentro de escenas occidentales y norteamericanas no solo como deseable sino hasta exigible. Es más, el desarrollo del arte en tanto fenómeno eminentemente occidental ha impedido en cierta medida la reconsideración de las particularidades epistemológicas en la producción de sentido dentro de las experiencias artísticas sudamericanas, decantando en una constante búsqueda de validación por instancias primer mundistas o que simulen serlo. Lamentablemente es casi imposible hacer circular discursos o propuestas críticas que nazcan desde la intuición artística sin que estos terminen contenidos dentro del espacio de enunciación occidental. Como dice aquel bigoton y conocido pensador alemán (la ironía), lo que hacemos nunca es comprendido sólo alabado o censurado.
8.
La real potencia del arte contemporáneo en relación a la tecnología, está en el desplazamiento institucional del arte hacia un terreno desconocido, en lugar de intentar posicionar la tecnología dentro del arte, como lo ha hecho el mercado con la sociedad sudamericana, es necesario pensar el arte dentro de la tecnología, comprendiendo su diseño, política y poética interna, con todos los desafíos y contradicciones que esto implica, entendiendo la capacidad emancipatoria de la tecnología en su dimensión de saberes interrelacionados y su flexibilidad interpretativa.
La raíz etimológica de la palabra arte y su procedencia latina “ Ars ” que refiere a la habilidad usada para realizar una tarea, la cual se relaciona a la vez con el vocablo griego “ techne ” nos recuerdan que el arte y la tecnología nunca han estado alejados como comúnmente se quiere hacer pensar y que el trabajo intelectual es posible únicamente gracias a una mano que hace y a un cuerpo que piensa.



1 «Sobre el concepto de América Latina¿Invención francesa?.» https://journals.openedition.org/etudesromanes/5141 . Fecha de acceso 14 jul.. 2020.
2 «Soft power, global governance of cultural industries and rising ….» https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10286632.2014.1002487 . Fecha de acceso 14 jul.. 2020.
3 «Latinoamérica y la posmodernidad – Buap.» http://cmas.siu.buap.mx/portal_pprd/work/sites/escritos/resources/LocalContent/37/1/271-280.pdf . Fecha de acceso 27 jul.. 2020.
4 «Geoffrey M. Hodgson* ¿Qué son las instituciones?1 – SciELO ….» http://www.scielo.org.co/pdf/recs/n8/n8a02.pdf . Fecha de acceso 19 jul.. 2020.
5 «The role of ICT in Arab spring movements – OpenEdition ….» https://journals.openedition.org/netcom/1064?lang=en . Fecha de acceso 23 jul.. 2020.
6 «La pandemia de coronavirus impulsaría la telemedicina a ser ….» 27 abr.. 2020, https://cnnespanol.cnn.com/2020/04/27/la-pandemia-de-coronavirus-impulsaria-la-telemedicina-a-ser- mas-popular/ . Fecha de acceso 23 jul.. 2020.
7 «Donde No Existen Redes Celulares, La Gente Está … – Wired.» 14 ene.. 2015, https://www.wired.com/2015/01/redes-de-telefonia-celular-hechas-a-mano-mexico/ . Fecha de acceso 27 jul.. 2020.
8 «SNET, la red privada que mantiene un pulso con el Gobierno ….» 16 ago.. 2019, https://www.efe.com/efe/america/tecnologia/snet-la-red-privada-que-mantiene-un-pulso-con-el-gobier no-cubano/20000036-4044587 . Fecha de acceso 23 jul.. 2020.
9 «CryptoRave.» https://cryptorave.org/ . Fecha de acceso 23 jul.. 2020.
Es el pseudónimo detrás de Fernando Cruz Olivares, Licenciado en comunicación y literatura de la Universidad ARCIS y Máster en Tecnologías de la Información de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología. Oriundo de Coyhaique, actualmente reside en Santiago, trabajando con artículos para prensa internacional como The Onion y colaborando con artistas como Luther Blissett, todo esto desde su especialidad tecno-literaria.